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"Libertad" volvió a ser un pueblo tranquilo pero sigue bajo el miedo y la sombra del "Oso"

Libertad es uno de los corregimientos de San Onofre, Sucre, que más ha padecido la violencia paramilitar en el país. Hace más de doce años sus habitantes sufrieron el régimen del terror que impuso Marco Tulio Pérez, alias el Oso, cabecilla del Bloque Héroes de los Montes de María.

En este olvidado lugar ya no caminan los hombres del "Oso" por sus calles ni imponen sus reglas, pero sí se siente la ley del silencio. Sus habitantes, los pocos que se atreven a hablar, describen la situación como de relativa calma, pero en la zona se percibe el olvido del Estado, pues no hay ni agua potable, ni puesto de salud, ni presencia de la fuerza pública, ni empleo, ni oportunidades para sus habitantes.

Por la crueldad que padecieron los cerca de 300 habitantes de "Libertad", este corregimiento, ubicado a más de una hora y media de trocha desde San Onofre, fue elegido por el Gobierno como programa piloto para la reparación colectiva de víctimas.

Alias el 'Oso', fue uno de los paramilitares que se acogió a la ley de Justicia y Paz y, en estos momentos podría quedar en libertad por cumplimiento de pena, de ahí que sus víctimas en este corregimiento sientan de nuevo la sombra de sus actos y su barbarie.

Los rostros del dolor

Ana, es una mujer mayor y relata el dolor que sufrió su pueblo de mayorías afro. "Todos fuimos maltratados. Como él vivía aquí (el Oso), él se hacia el dueño de esto. Aquí sufrimos mucho. cogía la gente y llegaba aquí a la casa y si veía un puerco, lo que fuera, enseguida '¡agarrenme ese puerco!' sin decirle nada al dueño"

Libertad no sufrió masacres, porque los paramilitares vivían en el corregimiento. Así lo recuerda el señor Caraballo: "fue una época de dificultad para la comunidad en general. Se restringieron las libertades de la gente. Entonces, las cosas se daban de acuerdo al criterio, al capricho de los grupos que se mantuvieron acá".

El director en Sucre de la Unidad Nacional de Víctimas, Arturo Zea, detalla que la comunidad de Libertad vivió por muchos años bajo las leyes que imponían las autodefensas que operaban en esa zona.

"Primero un confinamiento y mientras en otras partes como El Salado, los paras llegaban y salían, él (el Oso) estaba allí y se hizo como una línea de actuación criminal, el abuso sexual de manera muy generalizada sobre todo contra las mujeres y contra la población LGBTI".

En proceso de reparación

De acuerdo con el director en Sucre de la Unidad Nacional de Víctimas, el Gobierno espera reparar 250 personas en esta zona en los próximos 3 años.

Actualmente el Gobierno avanza en la fase de implementación de reparación colectiva que incluye la construcción de un centro de desarrollo para niños, obras de ingeniería, recuperación de la memoria histórica, en particular por aquellos hechos que marcaron a decenas de mujeres que fueron abusadas y ultrajadas por culpa del conflicto, pero que nunca pudieron hacerlo público por el miedo a ser víctimas de nuevas agresiones.

La mayoría de los habitantes de Libertad se dedica a la agricultura y a la pesca, pero por la sequía que vive la costa por estos días. solo han visto perdidas.

Y después de ser uno de los focos de violencia más crudos de este país, sus habitantes se niegan a mantenerse en el olvido y prácticamente lejos de la realidad. Hoy no patrullan los paramilitares, pero la pobreza extrema y la falta de esperanzas y de oportunidades siguen siendo las protagonistas.